
Recientemente estaba hablando con un amigo de una familia musulmana, una familia musulmana atea. Ella trabaja para el ejército indio. Durante conversaciones recientes, parecía muy molesta durante la llamada. Solo pregunté qué pasó y mencionó que su madre está hospitalizada debido a algunos problemas cardíacos y que no se le permite ausentarse del trabajo para cuidar a su madre enferma. Sabía que en esta situación, Dios solo puede ayudar. Le dije que quiero orar por ella y que Jesús la ama. Juntamos nuestras manos. Mientras oraba hablé en espíritu santo con la evidencia de hablar en lenguas. Tuve plena fe en Jesús. Oré de todo corazón. Dios hizo un milagro al día siguiente. Al día siguiente me llamó y me dijo que su madre había sido dada de alta del hospital y ahora está en casa. Parecía saludable. Estaba tan feliz y abrumada. Me decía que sintió la calma mientras yo oraba por ella. Le dije que Jesús está tratando de hablar contigo. Quiero que cumplas ese propósito. Le envié la película La vida de Jesús. Le mostré cómo orar a través de un mensaje de texto. Estoy feliz de que Dios me esté usando para su gloria. Dios está conmigo, él está escuchando. Quiero cumplir adecuadamente su propósito en mi vida.
Luego, hace unos días, estaba hablando con uno de mis estudiantes de Indonesia después de mucho tiempo. Después de conversar con ella, me enteré de que estaba hospitalizada desde abril por reflujo ácido, había estado hospitalizada durante mucho tiempo y había estado vomitando sangre. Me sentí molesto por su condición, pero oré por ella y le dije que estoy orando por ti, el Señor Jesús te sanará, solo cree en ello.
Cuando estaba orando, tenía un fuerte sentimiento de que Jesús estaba escuchando mi oración, ahora iba a hacer algo, la estaba tocando con su mano derecha justa y ella iba a estar bien. Oré exactamente de la misma manera que oré por la madre de mi antiguo amigo musulmán.
Luego, a las 2:00 am, sentí ganas de enviarle un mensaje de texto para ver cómo estaba, para ver cómo estaba. Ella respondió al instante diciendo ‘El hospital me dio de alta hace dos días’ y que está bien.
Estoy abrumado por la alegría de compartir este testimonio con ustedes. ¡Alabado sea el Señor! ¡Aleluya! Jesucristo es Dios vivo, Él está obrando. Él es el único Dios Verdadero.